El virus que está matando abejas por millones
Un grupo de científicos que estudia las abejas en Hawaii descubrió que el ácaro Varroa ayuda a propagar una cepa del virus que les deforma las alas a estos insectos.
Los ácaros actúan como pequeñas incubadoras de una letal forma de la enfermedad y se la inyectan directamente en la sangre a la abeja.
Esto ha conducido a "uno de los virus de insectos más contagiosos y más ampliamente propagados del planeta."
Las conclusiones aparecen en la revista Science.
"En una abeja contagiada puede haber más partículas virales que gente en el planeta."
Stephen Martin, Universidad de Sheffield, Reino Unido
El equipo investigador, dirigido por el doctor Stephen Martin, de la Universidad de Sheffield, en Reino Unido, estudió las abejas de Hawaii, donde el virus Varroa fue transportado accidentalmente, hace cinco años, desde California.
Algunas islas hawaianas todavía tienen colonias de abejas donde el virus no ha penetrado.
Esto les proporcionó a los investigadores una especie de laboratorio natural único.
Así, pudieron comparar las colonias recientemente contagiadas con aquellas que estaban libres del parásito y componer una imagen biológica de cómo el Varroa había afectado a las abejas.
Dos años de estudio
El grupo pasó dos años examinando las colonias afectadas y las no afectadas para ver de qué manera vivía el virus en el cuerpo de las abejas.
El doctor Martin le explicó a la BBC que las mayoría de los virus, por lo general, no eran dañinos para las abejas, pero que el ácaro "seleccionó" una cepa letal de un virus específico.
"En una abeja contagiada puede haber más partículas virales que el número de gente en el planeta," explicó el doctor Martin.
"Hay una enorme diversidad de cepas virales en una abeja y la mayoría de ellas se ha adaptado a vivir en su pequeño trozo de insecto sin problemas."
Sin embargo, el ácaro "alteró algo."
Cepas letales
En las abejas contagiadas con Varroa, con el tiempo, la gran mayoría de estas cepas inocuas de virus desapareció y los cuerpos de las abejas se llenaron con una cepa letal del virus que deforma alas.
Y cuando se trata de una infección viral, es la mera cantidad la que mata; cada partícula viral invade una célula y se adueña de su maquinaria interna, y hace que el cuerpo de la abeja se vuelva contra sí mismo.
Aunque no está claro por qué esta cepa de virus se reproduce enormemente en abejas contagiadas por el ácaro, según el doctor Martin, puede que se trate del virus que mejor sobrevive a la transmisión constante del ácaro a la abeja y de la abeja al ácaro, proceso que se da mientras éste último se alimenta de la sangre del insecto.
Una vez que los ácaros han cambiado este "paisaje viral" en los cuerpos de las abejas, el cambio es permanente.
"De manera que la única forma de controlar el virus es mediante el control del ácaro," dice el doctor Martin.
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