Ahora hay una ola de productos que buscan desmarcarse del mundo del deporte profesional y acercarse al de los mortales.
Las bebidas clásicas de proteínas se han caracterizado por presentarse al público en recipientes de gran tamaño y frecuentemente acompañadas de torsos musculosos. Los polvos y barras normalmente están dirigidos a los aficionados al gimnasio y atletas principiantes.
El consumidor típico era alguien que quería hacer fisicoculturismo y buscaba ayuda para recuperarse tras un entrenamiento serio.
Pero la última generación se posiciona más hacia un estilo de vida saludable.
En el Reino Unido, una "bebida con lactosa alta en proteína" llamada Upbeat es el más reciente producto con una gran campaña de mercadeo. Sigue los pasos de For Goodness Shakes, una bebida que en un principio estaba destinada a asiduos a ir al gimnasio y a atletas, y que ahora consume una mayor variedad de compradores.
En Estados Unidos las estanterías de grandes cadenas como Wal-Mart, K-Mart, Walgreens y CVS ofrecen todo un abanico de productos proteicos que emulan un estilo de vida sano.
Pero, ¿tienen estos suplementos de proteína algún propósito real para los que no son atletas?
¿Necesidad infundada?
Quienes viven en el llamado mundo occidental suele consumir suficientes proteínas.
Si bien la ingesta sana de proteínas depende del peso, en promedio, el hombre debe ingerir 55 gramos de proteína al día, mientras que una mujer requiere de 45 gramos, según la Asociación de Nutricionistas Británicos.
La nutricionista Helen Crawley señala que en el Reino Unido, la ingesta media para los hombres es de 86,5gr al día y de 65gr para las mujeres.
Tanto en EE.UU. y en Reino Unido como en el resto del mundo occidental con facilidad la dieta de las personas ofrece las proteínas necesarias. Una pechuga de pollo puede tener cerca de 40gr de proteína, un filete de bacalao unos 30gr, tofu otros 15gr y un huevo 6gr.
Reforzar la dieta con suplementos puede significar considerables cantidades extra de proteína, pues algunas bebidas tienen 35gr por porción.
Todo el mundo necesita proteínas en su dieta diaria pues es esencial para los tejidos del cuerpo, para el crecimiento y contribuye en la masa muscular y la salud de los huesos.
Pero procesar proteínas en exceso puede significar presionar más los riñones, lo que podría producir cálculos o incluso una posible falla del órgano.
Sólo grupos vulnerables, como aquellos que se están recuperando de una cirugía o gente mayor frágil, tienden a necesitar más proteína, para lo cual necesitan acudir antes al médico.
"No hay ninguna razón para añadir proteína a la comida, porque ya la tenemos", sentencia Crawley.
Sin embargo, hay quienes abogan por mayores proporciones de proteínas en la dieta, con el argumento de que la principal corriente de asesoramiento nutricional es anticuada y que las personas activas necesitan mucho más.
Entonces, ¿qué hay detrás de la apariencia de la cada vez mayor gama de suplementos proteicos?
Suero de leche en polvo
De acuerdo con Chris Schmidt, investigador analista de la firma de estudios de mercado Euromonitor International, explica que los pioneros en consumir estos productos fue un grupo de atletas extremamente aficionados a alzar pesas en gimnasios.
La idea era que los músculos se dañaban tras intensos entrenamientos de levantamiento de pesas y que se podían reparar y desarrollar con una bebida de suero de leche. Estos batidos eran vistos como una alternativa eficiente -y conveniente- a los grandes y pesados platos para consumir grandes cantidades de proteínas.
Sólo un puñado de tiendas especializadas vendían estos polvos y normalmente se captaban nuevos consumidores a través de los entrenadores personales.
"Al principio estuvo muy asociado con el físico culturismo. Hasta finales de los 90 muy poca gente fuera de la comunidad de atletas de alto rendimiento sabía de estas bebidas", explica Schmidt.
A estos musculosos les siguieron atletas profesionales, y después los atletas amateurs y universitarios.
"Se volvieron en esta especie de usuarios de por vida y esa fue una de las razones de que se rompiera el estigma, porque cualquier chico lo tomaba, no sólo alguien como Arnold Schwarzenegger", continúa Schmidt.
En la medida que más gente se interesó por su bienestar, explicaSchmidt, más personas empezaron a ejercitarse y a alimentarse más saludable, lo que hizo que la demanda por productos ricos en proteínas continuara en ascenso.
Todavía existen los recipientes grandes, pero hay batidos ya listos disponibles junto con barritas energéticas. A los polvos de suero se han sumado otras fuentes proteicas, incluyendo la caseína, el cáñamo y arroz.
El resultado ha sido un agudo incremento de las ventas. Según Euromonitor, las cifras mundiales de ventas de productos deportivos relacionados con proteínas creció de casi US$3.800 millones en 2007 a US$7.400 millones en 2012, y se estima que para el 2017 la cifra alcanzará los casi US$12.000 millones.
Gente como tú
La parte más notable del crecimiento es el cambio en el marketing hacia la gente "común". Entre los nuevos batidos están Wing-Co, una proteína achocolatada rica en proteínas que se vende como un refrigerio alternativo para hombres en los 30 y 40 años quienes "no se han dejado llevar por un montón de basura".
Las bebidas Upbeat se presentan como un remplazo de refrigerios y desayunos que puede ser atractivas a todo tipo de público, "incluyendo a mujeres pos parto y vegetarianos".
Estos son batidos que se ofrecen "a una audiencia más amplia", dice Julia Glotz, editora de comida fresca de la publicación The Grocer.
La editora señala que ha habido mucho trabajo detrás de la marca y las bebidas se parecen mucho más a las otras que hay en supermercados modernos.
Los nuevos productos ni siquiera son promocionados como "suplementos". Pueden ser un sustituto de desayuno para alguien apurado o un tentempié alternativo.
En general, se benefician del aura de saludable que rodea toda la palabra "proteína". Si la proteína es tan sana, y quiero un refrigerio, uno que me llene, puedo sentirme más atraído a adquirir un producto que tenga escrito proteína en el empaque.
La tendencia, según Glotz, la empezó For Goodness Shakes, "que todavía tiene una apariencia tipo gimnasio" pero no se ve fuera de lugar en el refrigerador del supermercado. Muchos otros le han seguido.
Otras marcas se han dado cuenta de las posibilidades. Danone hace ahora un yogur alto en proteínas llamado Danio, mientras que quienes hacen dieta se inclinan más hacia las barras de chocolate Atkins.
La leche lo tiene todo
El uso de los productos proteicos es para una vez al día, tras un entrenamiento intenso. No obstante, Azmina Govindji, de la Asociación de Nutricionistas Británicos, la mayoría de las personas, incluyendo los asiduos al gimnasio, podrían darse cuenta de que la leche tiene la combinación correcta de proteína y carbohidratos para la reparación y rehidratación.
La clave está en balancear la dieta, pero los suplementos pueden ser atractivos.
"Está en nuestra naturaleza buscar soluciones rápidas, es por esto que las dietas funcionan tan bien. Si te prometen que este batido particular te ayudará a formar el músculo, puede ser un mensaje muy convincente".
Para mucha de la gente que consume estas bebidas y otros suplementos lo que ofrecen estos productos es la conveniencia -en vez de la creencia de que son una comida alternativa-. El entrenador personal Rob Aitken considera que esto es importante.
"Hasta dos horas después del ejercicio hay un espacio para ayudar a la recuperación. En ese período quizás no quieran sentarse y tener una comida completa".
Aitken aconseja a sus clientes a ingerir proteínas en cada comida y asegurarse de combinar batidos con platos de verdad. "La clave está en el nombre: se trata de un suplemento".
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